La pandemia de la COVID-19 ha impulsado la transformación digital, convirtiendo el proceso de digitalización en todo un reto tanto para los ciudadanos como para las organizaciones. La comunicación, la formación, las estrategias y las perspectivas de negocio han sido interrumpidas por la necesidad de adaptarse a un nuevo ecosistema digital y tecnológico.
«La situación a causa de la pandemia ha obligado a las empresas a dar pasos excepcionales. La digitalización ya no es una opción, sino la única forma de supervivencia en la actualidad», explica Óscar Fuente, director y fundador de IEBS. «Pero no hay que ver la transformación digital como una amenaza, sino como un cambio a mejor. La tecnología abre un mundo lleno de oportunidades y posibilidades. Lo importante es saber cómo aprovecharlo», añade.
Aunque muchas empresas todavía se encuentran en la fase de descubrimiento, cada vez son más las que se suman al proceso de transformación digital.
Pero esta revolución no solo engloba una transformación de las organizaciones sino también de los trabajadores. Los empleados de una compañía deben formarse continuamente en materia digital para adaptar todos los procesos, habilidades y competencias a la nueva realidad de adquirir conocimientos en materias como el marketing digital o las metodologías de trabajo agile.
La integración de tecnología en el ámbito laboral ya no es una opción sino una obligación. «Lo que antes podía suponer un valor añadido para las empresas en sus procesos de facilitar, optimizar y automatizar procesos de trabajo, hoy en día es casi una obligación», comentan los expertos de The Valley. Actualmente, tecnologías como el Cloud, la Inteligencia Artificial o el Big Data están irremediablemente unidas a la productividad, la mejora de la experiencia de usuario y las estrategias de marketing y captación de posibles clientes.
Las herramientas digitales no deben limitarse a adaptar las funciones a las nuevas necesidades de trabajo, sino que han de optimizarse para impulsar la comunicación interna, la cooperación, la motivación de los equipos y el engagement con la compañía. «Y es que contar con una cultura corporativa innovadora, eficiente y ágil es una de las bases fundamentales necesarias para el proceso de transformación digital en la empresa», señalan desde The Valley.
El contexto actual ha puesto sobre la mesa la necesidad de nuevos modelos de trabajo, primordialmente híbridos. A esta necesidad se le suman las tendencias de otras metodologías como el Agile, Lean Startup o Design Thinking, que cada vez son más populares. Por ello, las compañías deben estudiar cuál de los modelos se adapta mejor sus objetivos y circunstancias para garantizar la eficacia de los esfuerzos corporativos en cada una de sus acciones y, especialmente, en las fases de las transición digital.